domingo, 11 de mayo de 2014

Un gobernante sagrado


Los egipcios creían que Ra, el dios del Sol, había sido el primer gobernante de su pueblo, y que todos los reyes posteriores, a los que llamaron faraones, descendían de él. Los consideraban dioses en la Tierra, dotados de poderes superiores que les permitían controlar la naturaleza y la vida de las personas.


Los asesores de faraón eran llamados Honorables. En la corte también había otros funcionarios que ocupaban cargos tan diversos como curiosos: por ejemplo, el de Director de la Vestimenta Real y el de Custodio de las Pelucas Reales.

MUJERES EN EL PODER

Si bien fueron pocas las mujeres que gobernaron Egipto, hubo una reina muy famosa llamada Hatshepsut. Cuando su sobrino de seis años accedió al trono, a Hatshepsut le pidieron que fuera su regente y que gobernara hasta que el niño fuera mayor de edad. Pero Hatshepsut logró tener tanto poder que su sobrino sólo pudo comenzar a gobernar a los 30 años. 


Mientras gobernó, Hatshepsut tuvo que usar los atributos de la realeza. Entre ellos figuraba una barba postiza hecha de pelo verdadero. Por otra parte, las esposas de los faraones también eran consideradas divinidades y compartían la riqueza de sus maridos.

LA CORONA DEL FARAÓN

El faraón jamás podía aparecer frente a sus súbditos con la cabeza descubierta. Usaba una corona como símbolo de su autoridad. A veces, usaba dos coronas simultáneamente: una blanca por el Alto Egipto, como se denominaba el sur del país, y una roja por el Bajo Egipto (la región norte).


Además de las coronas blanca y roja, el faraón podía usar otras dos. Una de color azul, que se cree representaba un casco de guerra y otra llamada "atef", decorada con plumas de avestruz, que representa al dios Osiris, hijo de Ra. 

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